lunes, 7 de febrero de 2011

Fe en uno mismo

 «En medio de todos estos cambios, los pueblos se vuelven, cada vez más, a Dios en busca de dirección y guía. Comienzan a vivir donde mora su espíritu interior y a reconocer en él una expresión del Todopoderoso. La confianza en Dios ha de brotar del corazón humano. Es ahí donde se produce el despertar. El Creador no quiere que se le venere en una imagen externa, sino que se le reconozca en el interior de todo ser humano.

 Todos sois seres divinos en potencia, y nada impide que os convirtáis en un verdadero Ser Divino. Confiad en vosotros mismos, confiad en vuestra respuesta natural ante cada nueva situación. Los actos que surgen del fondo del corazón humano nunca serán destructivos; os sugerirán el mejor camino que habréis de seguir en respuesta a las necesidades del mundo y de vuestra situación concreta. Cuando tenéis confianza en vosotros mismos confiáis en la sabiduría que os creó. Así, y no de modo abstracto, se confía en el gran espíritu.
Tener confianza en Dios es confiar en el Ser divino que vive dentro de vosotros y confiar también en la capacidad de vuestro espíritu para responder a cada situación de modo correcto, irreprochable, individual y creativo. Cuando dudéis de vuestra capacidad innata para insuflar el mundo con el aire del espíritu y crear según vuestro pensamiento divino, dudáis de Dios y del universo. Rechazáis así vuestro conocimiento interior, el don más precioso de la vida, y os atrevéis a reemplazarlo con opiniones, juicios y valores
ajenos.»
 La Vuelta de las Tribus Pájaro (The Return of The Bird Tribes), Pag. 145. Ken Carey. Ed. Sirio, 1991.