jueves, 28 de noviembre de 2013

El progreso de la humanidad basado en el desarrollo del talento y la realidad personal profunda.

Una nueva visión de las crisis y su significado espiritual. La llegada progresiva del espíritu y el final de lo humano egoico. El progreso basado en la realidad y sus fundamentos: la cooperación socioeconómica, la educación basada en el ser profundo y el talento individual, la ecología de la persona y del entorno, la cooperación, el amor. Una experiencia vital basada en el ahora, libre de culpa y miedo.

Exponemos aquí las conferencias del Pathwork nº 144 y 183 sobre las formas de cambio: El significado real de las crisis.

El Proceso y el significado del crecimiento
Saludos, mis muy queridos amigos.
El tema de esta noche es el proceso de crecimiento.
Dado que esta conferencia es una continuación de la anterior, podrá ser difícil de entender para aquellos que no han oído o leído la conferencia previa. Para recapitular brevemente: estuvimos hablando del principio unitivo y el principio dualista. La conciencia, la percepción y la experiencia humana están adaptadas generalmente al principio dualista. Esto significa que todo se percibe en opuestos – bueno o malo, deseable o indeseable, vida o muerte. En tanto la humanidad viva en estedualismo habrán de persistir el conflicto y la infelicidad.
 
La verdad cósmica, absoluta y universal siempre es unificada y trasciende los opuestos cuando uno se da cuenta que creer en opuestos es una ilusión. Sin embargo, la unificación no significa que se ha realiza do el bien del “esto-o-aquello” dualista. La gente que cree en esta concepción errónea sigue un camino equivocado: tiene la esperanza de alcanzar uno de los opuestos ilusorios como la “salvación”. En tanto uno se oponga a un lado y se aferre al otro, la autorrealización o liberación– o sea, el principio unitivo – es inalcanzable.
El bien del principio unitivo es de una naturaleza ente ramente diferente al bien del dualismo. El primero concilia ambos lados, mientras que el último los separa. Esto puede ser constatado en cualquier problema individual una vez que se entiende por completo.
Mis amigos, es extremadamente importante que comprendan este punto, ya que cuando buscas un lado de un par de opuestos, habrás de oponerte al otro lado. En esa oposición tu alma está agitada y tiene miedo, y en ese estado nunca puedes alcanzar la unidad. 
 
Apliquemos esta distinción al proceso de crecimiento.
En tanto la conciencia humana esté adaptada a la dualidad y no pueda trascenderla, el proceso de crecimiento será muy problemático. El crecimiento es movimiento en el tiempo y en el espacio; por lo tanto, el crecimiento en el plano dualista se mueve automáticamente hacia su opuesto. Desde el momento en que naces te mueves hacia la muerte. Desde el momento en que te despliegas y creces hacia la plenitud, empieza la curva hacia abajo de la destrucción. Desde el momento en que te esfuerces
por lograr cualquier tipo de felicidad, habrás de temer lo opuesto. En un ritmo por siempre cambiante, el movimiento cíclico y eterno de crecimiento habrá de aproximarse inevitablemente a su opuesto. Se mueve de la vida a la muerte, de la muerte a la vida y de allí otra vez a la muerte; de la construcción a la destrucción y de allí a la construcción. Una cosa trae la otra.
Es extremadamente importante entender este concepto ya que es una de las razones principales por las que te resistes al crecimiento. Es una resistencia profunda, más allá de las peculiaridades psicológicas de la neurosis.
Esta oposición fundamental al crecimiento todavía se encuentra aun después de haber trascendido y disuelto las neurosis. Explica por qué, en tanto percibas la vida en términos dualistas, temerás el crecimiento, ya que temes que llegar a una meta traerá su destrucción. Te engañas oponiendo resistencia al tiempo, “posponiendo” el cumplimiento de la meta y en consecuencia, posponiendo también el opuesto temido. El status quo, el estancamiento, crea agitación, movimiento en el sentido distorsionado.

En tanto el crecimiento tenga lugar en el plano dualista, siempre habrá una cima que alcanzar, y después de esa cima, un descenso. Y así todas las cosas vivas en el plano dualista se mueven en un ciclo perpetuo de vida y muerte, construcción y destrucción, de ser y llegar a ser.
En la naturaleza, la planta crece en primavera hacia el momento en que da fruto en el verano. En el otoño muere lentamente. En el invierno no existe más. Sólo su potencial de vida latente duerme en el suelo, esperando que la semilla crezca otra vez en la primavera. Éste es el proceso de crecimiento. La alegría durante la curva ascendente nunca puede ser plena y despreocupada, sin ansiedad, ya que aun antes de haber llegado a la cima, se estará anticipando el descenso.
En el plano unificado de conciencia la dicotomía ya no existe porque no hay más opuestos que temer. La autorrealización siempre conduce a la experiencia y la percepción del estado unitivo. Inversamente, el estado unitivo no puede suceder de ningún otro modo que a través de la autorrealización.
La autorrealización significa desprenderse de las capas de error de modo que el ser real, el ser interior eterno y divino, pasa a primer plano. Sólo puedes despojartede estas capas de dolor, error, confusión y limitación cuando ya no escapas de ti mismo, cuando estás dispuesto a mirarte tal como eres realmente y no como quieres ser, cuando te aceptas en el momento, cuando no luchas contra tu estado temporario aunque entiendes su error.
Éste es el trabajo que están haciendo en este camino.
Es totalmente erróneo asumir que la percepción unitiva no puede ocurrir en el plano terrestre. Es posible,absolutamente posible para cualquiera que esté dispuestoa expandir su conciencia. La expansión es un proceso muy simple de cuestionar la veracidad de tus ideas limitadas, cuestionar la corrección de lo que asumes que es inalterablemente de un cierto modo. Esto, a su vez, sólo se puede hacer cuando miras con honestidad tus estados de ánimo y reacciones más sutiles y los traduces en palabras concisas. Entonces descubres que estas reacciones y emociones, estos reflejos y estados de ánimo están basados en ciertas suposiciones que nunca has cuestionado dado que todo se mantiene en la oscuridad de la vaguedad y la racionalización fácil.

Es por eso que tu pathwork es de tan inmensa importancia: porque sin reconocer las deshonestidades, las suposiciones erróneas y los autoengaños, pequeños y cotidianos, no puedes cuestionarlos y aflojarlos para hacer lugar para una nueva realidad. Toda vez que se examina honestamente y se verbaliza una perturbación vaga, el concepto en el que la perturbación está basada puede revelarse y cuestionarse. Este paso amplía tu percepción, permitiéndote trascender tu dualismo y percibir el estado unitivo. Hay que hacer esto en todas las áreas de la conciencia, en todas las facetas de tu existencia, ya que es posible darse cuenta del principio unitivo en algunas áreas mientras que otras áreas todavía están profundamente sumergidas en la ilusión y el dolor del dualismo. Volveremos a esto un poco más tarde. 

No se puede enfatizar lo suficiente que la auto-liberación o la transición del estado dualista al estado unitivo no puede ocurrir acumulando conocimiento y entendimiento teórico, estudiando o apuntando a una meta externa.
No puede llegar queriendo ser diferente, esforzándose por alcanzar un estado que no existe ya adentro. Sólo puede llegar estando en el ahora, descubriendo que todo existe ya adentro, detrás de los niveles de confusión y dolor. Y este estado que está detrás del estado experimentado momentáneamente y de modo agudo, sólo puede ser liberado y traído a la superficie cuando se entiende totalmente el nivel de confusión y dolor. 
 
El flujo cósmico natural que existe dentro de la psiquis de todo ser viviente, en todo lo que vive a tu alrededor y dentro de ti mismo, es una corriente de vida poderosa y burbujeante, que te lleva automática y naturalmente
hacia el estado de autorrealización en el que ya no hay ninguna oposición ni conflicto doloroso. Éste es el estado natural, entonces tienes a la naturaleza de tu lado. Al confiarte a la corriente de la vida, al permitirte percibirla, facilitarás el despliegue de tu destino natural. 
Desafortunadamente, la gente lucha contra su destino natural, que es tan bueno. Pones toda tu fe en un principio de oposición. Inventas múltiples “si” y “pero” que realmente no existen. Es por eso que invitas al dolor, ya que todo dolor, en último análisis, es totalmente superfluo. Éstas no son sólo palabras, mis amigos. Cualquiera de ustedes que está en este camino de autorrealización y que ha dado algunos pasos para evolucionar y salir de sus errores, ha encontrado estas verdades. Todos ustedes que trabajan con intensidad han tenido al menos momentos en los que han entendido por completo cuán innecesariamente se han opuesto a esa corriente natural en la que no hay dolor. En esos momentos has entendido también que la verdad nunca hiere realmente, ni te destruye ni te pone en peligro. Pero abrazas el dolor constantemente, ya sea creyendo que es inevitable o creyendo que es más seguro que el estado unitivo hacia el cual gravitas de modo natural.

 Si te confías al estado unitivo, encontrarás que estas palabras son totalmente verdaderas. Me doy cuenta, por supuesto, que el mero principio abstracto que explico aquí nunca puede ser suficiente. Por muy abierto que estés, no hay palabras que por sí mismas puedan jamás ser suficientes para ayudarte a hacer la transición. Pero te sirven para entender profundamente tu posición actual en la vida, tu estado interno y externo. Pueden ayudar a destruir las ilusiones y las ideas erróneas. No puedes hacer esto abrazando una filosofía de vida nueva y quizás más evolucionada y descartando el concepto general menos veraz que has sostenido hasta ahora. Sólo puedes empezar por destruir esos pequeños errores personales de los que surgen tus perturbaciones y tu falta de armoníade todos los días.
El problema más insignificante puede mostrarte cómo abrazas el error y la oposición, una corriente del no, a partir del miedo y la ignorancia. Puede mostrarte cómo detienes el movimiento cósmico natural del que eres una parte integral y que es una parte integral de ti. Sólo mirando de modo muy personalizado tus reacciones a los sucesos cotidianos podrás hacer de estas palabras una verdad experimentada de manera personal. No puede suceder expresando de la boca para afuera el principio que está por detrás de ellas, aun si entiendesintelectualmente lo que estoy diciendo. El intelecto no será suficiente para traerte a la transición del dualismo a la unidad.   
 
En el plano dualista el crecimiento siempre habrá de estar plagado de miedo al opuesto indeseable.Por lo tanto, tu proceso de crecimiento estará retardado en tanto veas tu meta de crecimiento como algo bueno opuesto a algo malo. En el plano unitivo, el crecimiento no está amenazado por un opuesto, en consecuencia, no es necesario temerle ni oponerse a él. Pero el crecimiento no puede llegar oponiéndose a la oposición; llega sólo cuando el opuesto temido puede ser visualizado y aceptado si fuese necesario. Cuando ya no temes un opuesto y ya no te aferras con miedo a lo deseable, entonces y sólo entonces puedes llegar al estado unitivo. Pero no puedes hacerlo en tanto haya miedo en tu corazón.

En el estado unitivo el proceso de crecimiento significa un despliegue y una expansión por siempre crecientes. Significa una experiencia cada vez más amplia de las infinitas posibilidades de belleza, vida y bondad.
Pero recuerda, la belleza no es lo opuesto a la fealdad, la vida no es lo opuesto a la muerte, el bien no es lo opuesto al mal, porque en el estado unitivo nunca están amenazados por un opuesto.
Los dos modos de crecer – en el plano dualista y en el plano unitivo – son enteramente diferentes. El crecimiento dualista es un movimiento cíclico, con una curva hacia arriba, una cima y una curva hacia abajo, que se recicla perpetuamente a sí mismo, expresando siempre dos opuestos. Es el estado de causa y efecto. En el estado unitivo el crecimiento se expande infinitamente. Nunca se repite y nunca necesita un movimiento de oposición. Ha trascendido el principio de causa y efecto. Cuando de algún modo captas esto, no importa cuán vagamente lo hagas, esta captación aparece primero en tus sentimientos internos – y proviene de enfrentar los errores internos personales y los autoengaños; luego un abordaje del crecimiento enteramente nuevo reemplaza al viejo.
A lo largo del camino de transición del estado dualista al estado unitivo es importante entender algunos hitos más que podrán ayudarte a entender tu propia vida ahora mismo. 

Cuando estás involucrado en una intensa búsqueda de ti mismo, cuando te confrontas vigorosamente contigo mismo y enfrentas una verdad tras otra, estableciendo nuevas condiciones interiores, tu psiquis pasa por profundos cambios y perturbaciones. El doloroso estado pasado, como sabes, era un resultado de ideas falsas. A medida que esas ideas falsas empiecen a derrumbarse, la destrucción podrá provocar cambios externos drásticos en mayor o menor grado. Cuando estás en un período de transición, es posible que en algunos niveles hayas llegado al comienzo de la experiencia unitiva. Sientes profunda paz y alegría en todo momento, sin que importe que la experiencia concuerde con el bien deseado. Percibes que cada momento viviente contiene el potencial para la alegría y la paz. Al estar en la verdad contigo mismo, ya no tienes miedo de nada, no te aferras ni insistes con rigidez en que tu bien te debería ser dado.
Entonces estás abierto para que la fuente divina te llene y te transmita la realidad de la vida en la que no hay nada que temer y sólo existe el bien. Puedes buscar este bien sin urgencia y obtenerlo precisamente porque sabes que es tuyo. No temes perderlo porque obtienes alegría de ambos opuestos del estado dualista. Ésta es, brevementey del mejor modo en que se puede transmitir, la esencia del estado unitivo.
Ahora, este estado puede empezar a existir de modo parcial, particularmente en ciertas áreas de la vida de cualquier individuo. Todavía no has alcanzado la transición total, el despertar en el que encuentras que la verdad de la vida siempre ha existido para ti sin que necesites temer o luchar por nada. Pero con el tiempo tu conciencia emergente traerá creciente despliegue y enriquecimiento a tus circunstancias externas de un modo tan armonioso y orgánico que podrá parecer casi fortuito.
Las mejoras externas podrán o no coincidir con las ideas e ideales que has sostenido en el plano dualista, pero el modo en que experimentas estas ideas y estos ideales es enteramente diferente. En otras palabras, tus metas podrán permanecer inalteradas, pero tu experiencia de las metas será diferente. Además, aun cuando no hayas llegado a una meta, no sufrirás como lo hacías cuando percibías la realidad de manera dualista.
El crecimiento hacia el estado unitivo se manifiesta claramente en una confianza creciente en el ser y en la vida. El crecimiento también trae consigo una alegría pacífica que hace que cada momento sea vibrante, interesante y totalmente libre de ansiedad o aburrimiento. Cada momento es rico en posibilidades, y alberga reinos de percepción cada vez más amplios nunca antes experimentados. Al mismo tiempo sigues reaccionando del modo viejo, con miedo, desconfianza, ansiedad, desesperación y tenso voluntarismo, generalmente en las áreas en que tu psiquis está afectada por imágenes, patrones de conducta neuróticos y concepciones erróneas, todos tan profundamente grabados que necesitas hacer un trabaj más extendido y paciente para cambiar tu imagen interna. Este otro lado, de manera muy gradual se pondrá a la altura, por así decirlo, del lado que ya está muy cerca de una nueva tierra – de hecho ya está parcialmente en ella- en la que la luz nunca está amenazada por la oscuridad. 
 
Has construido el viejo estado sobre una base de errores, y esta base debe derrumbarse antes de que se pueda erigir una base de conceptos veraces. Las estructuras que están construidas sobre conceptos erróneos deben ser destruidas inevitablemente. Esta ley pone de relieve la falsedad del dualismo cuya característica distintiva es siempre que una posición es percibida de manera categórica e inmodificable como deseable y su opuesto como indeseable. Entonces te aferras a la idea de que la construcción es siempre buena, mientras que la destrucción es siempre mala. La unificación de estos dos opuestos sólo puede llegar en el estado unitivo al reconciliarse ambos lados. Para entender el estado unitivo debes reconocer que la destrucción del error puede ser deseable y la construcción del error es indeseable. Ahora, la destrucción es siempre un proceso doloroso, sea o no deseable. Mientras los edificios del error están siendo destruidos tu vida podrá estar perturbada. Te sientes interiormente amenazado y perdido.
Externamente, aun los aspectos aparentemente deseables de tu existencia han desaparecido y ninguna estructura adecuada ha tomado su lugar. Cuanto más grandes sean las construcciones erróneas, mayor será el período de perturbación, el cual es naturalmente doloroso. Pero, mis amigos, es doloroso sólo porque entienden mal lo que está sucediendo y asumen que significa una recaída y una deficiencia personal. Entonces te desanimas, caes en la desesperación y te resistes a la corriente que podría llevarte a un nuevo estado de la mente. Sin embargo, este estado sólo puede llegar a existir a través de la destrucción del viejo estado. Al resistirte al movimiento orgánico y deseable, prolongas el doloroso período de transición– doloroso principalmente porque es mal entendido.
Sientes: “Aquí estoy, intentándolo con tanto esfuerzo, y sin embargo, ¡mira lo que sucede a pesar de todo! Todo parece escurrirse como arena entre mis dedos; no sólo no logro encontrar plenitud sino que hasta los placeres que tenía se han ido.” 

Cuando entiendas que el derrumbe de la vieja estructura es deseable porque el viejo modo de ser sólo parecía darte satisfacción, entonces no llorarás por algo que en realidad no es una pérdida en absoluto. Ni te engañarás creyendo que no has progresado. Este estado podrá ser la mejor prueba posible de que estás evolucionando hacia una nueva realidad en una medida mayor de lo que sabes, pero todavía la bloqueas porque te rehúsas ferozmente a permitir que tu intuición te diga adónde te está llevando la corriente cósmica de la vida.
En vez de hacer esto, continúas evaluando tu vida en términos limitados y dualistas, ignorando la nueva dirección. 

Has llegado a ver y a sentir profundamente que lo que sucede no es una recaída sino que es en cambio la destrucción de lo viejo, un proceso que es de hecho el germen mismo de una nueva construcción. Empiezas a sentir que en el acto de destruir el error, la verdad reconcilia la construcción con la destrucción y hace de ellas un movimiento único en vez de dos opuestos en guerra. En consecuencia, cuando no tengas la expectativa de que tu vida deba ser diferente porque sabes que todo es tal como debería ser, ¡tal como tiene que ser!, ya no te desalentarás ni sufrirás particularmente. Ya que la pérdida misma o la ausencia de un bien deseado hiere mucho menos cuando uno no ve esta “pérdida” o ausencia como un signo negativo. Pero cuando uno cree que: “Si estuviese allí donde debo estar, las cosas no sucederían de este modo”, la pérdida es mucho más dolorosa. En cambio, cuando veas este período de transición como un paso orgánico hacia la ntegridad, encontrarás que el dolor es mucho más fácil de atravesar.


No se debería interpretar mal esto, como que significa que no deberías buscar una solución inteligente para un problema particular. Pero cuando encuentres todas las puertas cerradas y la vida parezca mostrarte con  completa claridad desde tu interior como así también desde el exterior que no puedes encontrar una solución, entonces podrás tener la seguridad de que las viejas estructuras, basadas en el rror de la percepción dualista, es están derrumbando. Cuando alientes esto en tu entendimiento, irás con la corriente vital en vez de oponerte a ella. 



Hay un aspecto más de este tema del que me gustaría hablar ahora. Pero dado que es difícil de explicar, requiere tu cooperación desde tu ser más intuitivo. Y debes confiar en que tu intelecto evite la típica confusión dualista. El estado unitivo puede ser alcanzado principalmente por dos caminos: ambos opuestos del estado dualista.
Puede ser alcanzado por el lado “bueno” y a través de él, como así también por el lado “malo” y a través de él.
Cuando estás en un estado de relativa salud y verdad interior, en el que ya estás de algún modo libre del miedo y posees confianza y una genuina sensación de la naturale za benigna del universo, puedes encontrar dentro de ti absoluta salud y verdad, y volverte libre del miedo y la desconfianza. Conoces con calma la verdad de la vida de que todo el bien es tuyo, que el universo contiene todo el bien, que hay abundancia libre de conflicto; en otras palabras, que tu bien nunca interfiere con el bien de ninguna otra persona. Tu bien no le hace ningún mal a nadie.
Cuando has alcanzado este estado, entonces puedes encontrar el principio unitivo en lo profundo de ti. Esto sucede sin miedo, sin oposición y sin culpa. Sucede porque te sientes profundamente merecedor. Sabes que nadie es privado de nada por tu plenitud y no temes la falta de plenitud. Sabes que existe un bien infinito, sin conflictos entre tú y los demás – en consecuencia, existe unidad. 
 
Allí donde la psiquis está aún profundamente afectada por la duda, el miedo, la culpa, el conflicto y el error, no se puede tomar este camino. No obstante si se intenta, basándose en un malentendido, se vuelve un acto artificial y manipulador que sólo puede conducir al autoengaño.

Si se intenta, no con el conocimiento unitivo sino a partir del miedo dualista a que la falta de plenitud sea peligrosa, este error fundamental levanta una barricada en a puerta a la transición hacia el mundo ampliamente abierto del estado unitivo.

Cuando todavía estás en un estado de falta de verdad y distorsión, y por lo tanto tienes miedo y desconfías de ti mismo y del mundo, sólo puedes trascender este estado aceptando lo que temes si esto fuese necesario, y no huyendo de ti mismo. Dado que el estado unitivo está libre de oposición, debes dejar de oponerte a lo que temes.

Pero esto no se debería hacer con un espíritu masoquista de anulación de uno mismo. Debería hacerse con la pregunta abierta de si lo que temes es verdaderamente temible. En otras palabras, debes cuestionar el concepto que causa el miedo a la alternativa en vez de oponerte a la alternativa misma.

En la medida en que teme que la opción deseada pueda no ocurrir, uno debe renunciar a lo que se aferra. He hablado de muchas facetas de esta renuncia y te he mostrado una y otra vez cómo la paz y la armonía interiores no se pueden alcanzar cuando el alma está en un estado tenso y contraído. Soltar induce la relajación, sin la cual es imposible el contacto con el ser divino interior o realidad última. Soltar no significa una auto-privación sacrificada y contraproducente, significa meramente que allí donde reconozcas un punto de miedo y desesperanza, debes renunciar al concepto que subyace a este miedo; debes renunciar a aferrarte tensamente a ciertas actitudes que son obviamente destructivas pero que te “protegen” del peligro. Esto hace que parezca como si te expusieses alo que consideras más indeseable. Ahora bien, se debe correr este riesgo para descubrir que toda la idea era una ilusión; de no ser así, no podrás salir de tu perpetuo
estado de miedo y conflicto.
Tomemos por ejemplo el cumplimiento de una meta particular que deseas mucho. Has hecho todo lo posible por obtenerla pero la puerta permanece cerrada. Descubres que estás aterrorizado por no lograr el cumplimiento de la meta a pesar de experimentar la verdad del principio unificado en otras áreas de tu vida. En este área todavía temes la alternativa indeseable y te opones a ella. Aun cuando tratas de superponerle la verdad de que el universo no conoce limitaciones – o justamente porque lo haces, encubriendo tu miedo – el cumplimiento de la meta permanece esquivo. El único modo en que puedes trascender este estado es aceptándolo temporalmente, sabiendo que no es definitivo. Esto significa que no sólo aceptas las limitaciones de la situación externa sino también tu propio estado limitado en este momento. Cuando abandonas tu oposición a tu estado indeseable actual, puedes encontrar la verdad, y es posible conciliar dos opuestos aparentes. 


El estado de unidad es un estado sin miedo, pero no se puede renunciar al miedo insistiendo en que no llegue aquello que uno teme, ya que aun si tienes éxito de manera temporaria, permaneces perpetuamente dependiente de ciertas circunstancias – en consecuencia, el miedo nunca puede estar ausente por completo. El único modo de liberarse genuinamente del miedo es experimentar y descubrir que no es aterrorizante, que es posible vérselas con él y que uno permanece esencialmente intacto. Ninguna teoría puede producir este estado seguro, hay un solo acto interno que puede hacerlo: poner a prueba lo que temes, entrar en ello, renunciar a la insistencia en la que es necesario temerlo y por lo tanto evitarlo.


Cuando abrazas una alternativa y dices: “Debo tener esto para no tener aquello”, esto te impide hacer la transición hacia el estado unitivo libre de miedo. Sigues resistiéndote al flujo de la corriente universal que quiere llevarte, pero que sólo puede hacerlo cuando tus movimientos psíquicos son relajados.
El recordar que, toda vez que te encuentres en un estado indeseable interno y/o externo, en algún lugar debe existir en ti una falta de verdad, te ayudará a buscar y abandonar la falta de verdad. Entonces encontrarás inevitablemente que en un nivel más profundo te opones a aquello a lo que te aferras conscientemente y abrazas aquello a lo que te opones conscientemente. Esta oposición habrá de existir toda vez que el miedo a una alternativa te impida estar en paz y alegría. Por ejemplo, cuando tengas miedo de la muerte – y no hay ninguna diferencia si esto es consciente o si se manifiesta sólo indirectamente – y te aferres tensamente a la vida, alejando la muerte y oponiéndote a ella, no
podrás llegar al principio unitivo a menos que descubras tu falta de verdad particular. Con esta falta de verdad te opones a la vida y secretamente deseas la muerte. Sólo cuando encuentres la falta de verdad podrás renunciar al
miedo a la muerte. Esto, por supuesto, no significa que deberías desear morir.
Por supuesto que encontrar esos niveles profundos que hacen que la renuncia sea un acto natural y percibir la verdad unitiva a través de repetidas percepciones interiores en uno mismo es imposible sin ayuda. Puede hacerse con bastante facilidad en el marco de lo que este camino tiene para ofrecerte – todas sus herramientas te ayudan de diferentes modos. Pero sólo puedes soltar la falta de verdad cuando lo deseas totalmente. Cada uno de ustedes, mis amigos, todavía está lleno de oposiciones de un tipo u otro. El primer paso es volverse consciente de ellas, verbalizarlas.
Nuevamente, espero que no me entiendas mal y que no interpretes que mis palabras significan que deberías abrazar la injusticia y la destructividad que hay a tu alrrededor sin hacer un intento responsable de eliminarlas. No estoy hablando de estos niveles externos ya que, al igual que la destrucción, también la oposición puede ser parte de un todo y puede así conducir a la unidad. Ningún concepto se debe aceptar o refutar nunca categóricamente.

La oposición de la que estoy hablando se refiere a un estado de la mente y de las emociones, a aspectos de la vida y del ser que no se pueden cambiar en este momento. Cuando encuentres dónde y cómo te opones a algo porque te aferras tensamente a su opuesto, nuevamente estarás dando un paso sustancial en el crecimiento hacia el principio unitivo.
Extiendo el deseo profundo y vigoroso de que el poder que viene desde las regiones más profundas de la conciencia universal, o realidad, llegue a todos y cada uno de ustedes. Los tocará si se abren a esta fuerza y se unen a ella. Cuando se unan a esta fuerza dentro de sí mismos, no querrán oponerse a la verdad en ninguna forma, y querrán buscar su verdad interior. Empezarán a sentir los efectos de este poder sólo más tarde, pero sin embargo, éste es muy real, fluyendo constantemente en sus profundidades.
Estén en paz, estén en esa región profunda de sí mismos en la que todo es uno.



Pathwork. Conf. 144