viernes, 20 de mayo de 2011

El día del despertar de la conciencia universal

«Las mareas del tiempo, que van ondulándose a través del océano intergaláctico del espacio, no las inventaron los mayas, solo las observaron, sintieron y relataron. A medida que esta ola de conciencia baña la costa de este mundo presente hasta el solsticio de invierno del año 2011 d.C., un gran ciclo (formado por 5.125 años-ciclo), culminará. […]

Los habitantes de Yucatán pronosticaron estos acontecimientos, ¿Cómo van a ser ahora? Veinticinco siglos después, no nos dicen como tú, en forma humana, vas a enfrentarte con las nuevas energías que incluso ahora están rodeando tu mundo. Mas bien nos hablan del momento en que esta tierra y el sistema estelar a través del cual ella realiza su danza en espiral, se trasladará a una nueva galaxia, un espacio en donde emanará rayos hacia el centro del caparazón universal. A medida que el sistema solar se traslada a este nuevo espacio, el canal que permite a la conciencia del Creador alcanzarte se alinea perfectamente.
Está llegando el momento, después del cual nada será como antes, un momento posthistórico, un hecho simultáneamente alfa y omega para tu especie y para todas las especies conocidas.
Empezará aquí una nueva etapa del universo, ya que la marea, que solo cambia con la culminación de muchos Grandiosos Ciclos, empezará de nuevo su retorno lento y paciente hacia el mar eterno donde EXISTE toda la conciencia, antes de desmembrarse en arroyos, estas armonías que unen los mundos.

Ordenamos a nuestra raza de mensajeros angélicos que te despertara cuando llegara el momento preciso. Lo hicimos al comienzo del proyecto humano. Algunos de nosotros te despertamos desde fuera, zarandeándote y recordándote quien eres. Otros nos deslizamos tomando forma física, fundiéndonos contigo biológicamente, despertando dentro de ti, mirando a través de tus ojos, ayudándote a poner tu vida como la primera prioridad a lo largo de esta corriente creativa de amor.

Todavía algunos de nuestros parientes mas lejanos nos asistían desde fuera derramando, en el terreno del pensamiento y las emociones, alrededor de la tierra, poderosas energías de amor, dicha y bienestar. Estos son los espíritus que nunca encarnarán en forma humana, estos son verdaderamente extraterrestres. No están asociados con los procesos biológicos y nunca los estarán. Sin embargo gracias al amor del Gran Ser que te despierta por dentro, ellos vienen a este mundo como fuerzas de paz y seguridad en esta esfera durante las décadas de tu despertar.
A lo largo de estas décadas, aquellos de nosotros dotados de nuestras tres capacidades, continuamente lavamos las soporíferas facetas del pensamiento humano con las aguas purificadoras de vida a través de nuestra información.
Te revitalizamos con las renovadas energías del amor eterno. Te ayudamos a hacer rodar las pétreas concepciones que han impedido que surgiera burbujeante de tu interior la sabiduría perenne.»

Semilla de Estrellas (The Starseed Transmissions, Living in the Posthistoric World), Pag. 67. Ken Carey. Ed. Sirio, 1993