martes, 8 de febrero de 2011

El Creador

«Yo soy la Presencia eterna donde no existe más tiempo que el ahora eterno. Soy el Alfa y el Omega, la fuente de todo principio y la conclusión de todos los ciclos. La realidad de todo lo que soy está más allá del tiempo. Mi interés es el tiempo. Creo el tiempo para poder aparecer en mi diversidad y cubro mis atributos de diferentes formas, para que estos atributos, surgiendo como creaciones, puedan relacionarse con mi naturaleza, que es el amor.

Amo porque SOY. Donde mi atención se interesa por los detalles, aparezco con muchas formas. Todas las cosas aparecen por mi amor, a causa de él. Soy uno en espíritu, con diversas formas, soy la fuente de todo lo que vive; y todo lo que vive vive en mí.
Y en la interfase entre mi unidad eterna y la diversidad en la creación, he creado a los seres humanos para que sean el PUENTE, EL LAZO CONECTOR entre mi universalidad y mi universo, entre yo y mi creación. Como una forma física que es un espejo de mi naturaleza universal, he creado a la especie humana para que vista a mi inteligencia con materia y de forma a mi amor. Les he creado para que compartan mi vida eterna y mi poder creador. Les he dado vida para que sean participes conscientes de la segunda fase de la creación universal en la cual detalles biológicos de una naturaleza sin precedentes son transportados al campo de la dimensión, la terrestre y las del mas allá. La especie humana es la materia física en la cual me encarno, con la cual viajare y a través de la cual voy a crear. Vengo conscientemente a habitar entre ellos, a ser un Dios y ellos, mi pueblo.
[…]
La humanidad se ha multiplicado y ha llenado la Tierra. Se aproxima el día en el que despertare en el interior de la familia humana al igual que un soñador se despierta en el interior de un simple cuerpo. Mi despertar motivara que los temerosos y los que aman se separen como el agua y el aceite.
[…]

Al comienzo de los tiempos, os enseñe simplemente que esta Tierra y todos los mundos materiales a los que os conduciría, eran para que los disfrutarais, con la única condición de que no usaseis la violencia entre vosotros. Cuando adoptasteis vuestra forma humana, os advertí sobre cual era el papel que tenia que jugar el miedo en el orden biológico. Pero estabais ansiosos por comenzar vuestro trabajo dimensional. Preocupados por los fenómenos que iban a sucederse, no me prestasteis la debida atención. Quizás ahora estéis más dispuestos a escuchar.
El miedo debe jugar un papel muy pequeño en la creación. Es una especie de sistema de alerta, que llama la atención de todas las criaturas sobre aquellos comportamientos que pueden causarles un daño biológico. Su misión es proteger el cuerpo físico. Nunca fue creado con el objetivo de motivar a los seres humanos. Cuando al miedo se le ennoblece presentándolo como una fuente de motivación, la consciencia disminuye.
La caída tuvo lugar cuando la atención humana se centro en el miedo, cuando disteis credibilidad a su lógica y cuando comenzasteis a actuar de acuerdo con las sugestiones propias del miedo.

Cuando los seres humanos adoptan el comportamiento propio de su entorno, se produce un efecto de reacción; el mundo externo, a su vez, se distorsiona y se vuelve confuso. Cuando la gente busca su camino en la materia en lugar de en el espíritu, niegan al mismo tiempo a la materia y al espíritu; se pierde el equilibrio; se ignora el objetivo creativo, el único propio del hombre.»
Visión (Vision), Pag. 27. Ken Carey. Ed. Sirio, 1990.

 «Nada puede impedir jamás que el Plan de Salvación llegue a su cumplimiento. Es sólo cuestión de tiempo y, desde nuestra perspectiva, la diferencia de tiempo producida por el libre albedrío del ser humano es bastante insustancial. Dentro del Plan de Salvación en su conjunto está calculado que los humanos, por su perspectiva limitada, inevitablemente crearán circunstancias negativas. Pero el resultado mismo de esta perspectiva limitada – las circunstancias negativas – es un gran instrumento para despertar a la verdad.

 No puedes despertar a la verdad y ni siquiera puedes desear esta, a menos que pases por las dificultades que tu mismo has creado por ignorancia o distorsión de la verdad. Para ser feliz, primero tienes que estar en la verdad. Pero no puedes llegar a estar en la verdad a menos que sepas que no lo estás y tengas el deseo de buscarla. No puedes llegar a tener el conocimiento de que no estás en la verdad ni el consecuente deseo de buscarla a menos que se te deje experimentar el resultado de tu ignorancia. Lo mismo se aplica a toda la humanidad. Todo esto es tomado en cuenta en el Plan de Salvación.

 El miedo a que las malas acciones de otros puedan causarte daño es un malentendido básico de la vida. Sí, pueden llegar a ti desventajas pasajeras, eso es verdad, pero hasta éstas deberán tener un elemento correspondiente dentro de ti. De no ser así, no podrías ser afectado ni siquiera superficialmente.
 En lo que concierne a tu naturaleza espiritual – y esto incluye el Plan de Salvación en conjunto – nunca te puede suceder nada. El conocimiento personal y la experiencia de esta verdad llegarán a ti inevitablemente al entrar en este camino.»
 Conferencia del Pathwork #59.

lunes, 7 de febrero de 2011

El Despertar

 «Nos resulta extraño dirigirnos ahora a vosotros de este modo, ya que somos esa parte vuestra que permaneció despìerta mientras dormíais; somos la raza que salió de vuestros sueños. Pues vosotros , encarnados humanos de esta era, dormís aún en la imagen de vuestros hijos. Pero estamos seguros de despertaros mejor si os hablamos considerandoos como nuestro origen. ¿Como puede un padre hablar a su hijo, sabiendo que ese hijo pronto se convertirá en un Dios? ¿Cómo podemos nosotros, que hemos guiado vuestros pasos sonámbulos, salvándoos una y otra vez de caer al precipicio de la ignorancia, cambiar ahora de perspectiva y veros cómo cuando el mundo era joven y surgimos de vuestro espíritu? ¿Cómo? Con gozo. Con alegría. Y con una canción que ascienda siempre en espiral del fuego de vuestro amor eterno.
La caída de vuestra conciencia humana, registrada en los documentos por las epopeyas, con todo su boato y aventura, ha sido afortunadamente olvidada y curada por el tiempo, porque el tiempo todo lo cura. Una vez implantada la inteligencia, aunque durante una epoca o una era esté mal encauzada, siempre será inteligencia y no podrá, en modo alguno, dejar de aprender. [...].
Cuando la nueva información bulle y nos acerca al despertar espiritual del mundo, venimos a unirnos con los egos humanos en una escala sin precedentes en la historia. Los pueblos se vuelven de nuevo hacia el Gran Espirítu, fuente de toda información. [...] Escucha, hombre del mundo actual; escucha cómo el gorrión que espera, atento, la llamada de su pareja en la brisa. Te hablamos durante el sueño, en fragmentos de canciones oidas al pasar, por boca de los niños, en estas páginas; pero, sobre todo, te hablamos desde el centro de tu ser mas profundo. Escúchanos y recuerda lo que eres. [...]

 Venimos a iniciar la era más feliz que el mundo ha conocido: un periodo de mil años de curación de la tierra y renovada armonía, que verá despertar a los hombres, florecer a los animales, correr limpias las aguas de los ríos, y presenciará la relación consciente de la humanidad con las estrellas.
Y cuando este milenio haya pasado, al cambiar la era, tú, humano, nuevo ser de translúcida biología, te dirigirás al inmenso océano inexplorado de la Vía Lactea para ofrecer un regalo a todos los mundos y a todas las estrellas: la libertad del Pájaro del Trueno. En infinidad de encuentros amorosos que se sucederán hasta el fin de los tiempos, tu especie y tú sembraréis la galaxia con vida física inteligente.

 Volved, como el salmón, a vuestro lugar originario. Que el amor sea la única fuente de vuestro tiempo. Si vuestra vida se simienta en el miedo, será tan predecible como el granito, tan dura cómo el marmol y tan segura cómo el paciente cambio de la piedra caliza. Pero si os cimentáis en el amor os uniréis a nosotros en la labor de ayudar al mundo durante los asombrosos cambios que tendrán lugar en esta era. Ha comenzado el Gran Día de la Purificación, un ciclo corto pero esencial que reunirá a quienes fomentan el temor y la violencia y los apartará de esta era cómo se separa la paja del trigo durante la trilla. [...]
Cuando sale el sol, las sombras son mas intensas, más definidas. Cuando la energía del amor aumenta, las sombras del miedo se vuelven más visibles y parecen multiplicarse, pero no es así. Sencillamente se revela lo oculto para que el mundo se cure y viva en paz.

 Los actos originados por el temor son más ineficaces cada día. Ya han comenzado a tambalearse las tradiciones, instituciones y sociedades fraguadas en el miedo. Se efectuan cambios por doquier, ya que, mientras avanza el despertar del planeta, se transforma la propia conciencia que determina la naturaleza de la vida.»
  La vuelta de Las Tribus Pájaro (The Return of The Bird Tribes), Pag. 135. Ken Carey, Ed. Sirio, 1991.

El Cuerpo y la Espiritualidad: Alexander Lowen

 «El sentimiento de espiritualidad, cómo cualquier otro sentimiento, es un fenómeno corporal. La idea de espiritualidad es un fenómeno mental. Es la misma distinción que hice antes entre creencia y fe. (...) Hoy estamos viendo cómo surge un nuevo respeto hacia el cuerpo, alejándonos poco a poco de la vieja dicotomía que veía a la mente y al cuerpo cómo entidades separadas y diferentes. Cuerpo y mente van juntos, cosa que siempre hemos sabido en lo profundo de nuestro ser, ¿Existe una mente sin cuerpo o un cuerpo sin mente? La respuesta es no. Los griegos decían: una mente sana en un cuerpo sano. [...]

 Esta escisión no se puede superar por el solo conocimiento de los procesos energéticos del cuerpo. El conocimiento en si mismo es un fenómeno superficial que pertenece a la esfera del ego. Hay que sentir el flujo y notar el discurrir de la excitación dentro del cuerpo. Para conseguirlo hay que abandonar el rígido control del ego, de forma que las sensaciones del cuerpo puedan llegar a la superficie. Todo esto parece más fácil de lo que es porque ese control está ahí precisamente para evitar que eso ocurra. Ni el neurótico ni el esquizoide están preparados para dejar que la vida entre en funciones; le asustan enormemente las consecuencias en concreto, la sensación de desamparo que supone abandonar el poder y el control.

 Para abandonarse hay que tener fe, pero la fe es precisamente de lo que carecen estas personas. Ante la ausencia de fe hay que controlar. Recordemos que todo adulto ha pasado antes por una fase de desamparo en su niñez y primera infancia. Si no se hubiera abusado de ese desamparo y su supervivencia no se hubiera visto amenazada, no habrían tenido que montar esa especie de control del ego que impide a la persona sentir las profundidades de su ser. Ahora bien, el vivir solo en la superficie carece relativamente de significado, por lo cual todo el mundo quiere abrirse camino a través de la barrera. Si no encuentran otro camino, utilizaran el alcohol o las drogas para restablecer algún contacto, aunque sea momentáneo, con su ser interno.

 Además del miedo a la indefensión hay otros temores que fortifican la barrera. La gente tiene miedo a sentir la profundidad de su tristeza, que en muchos casos roza la desesperación. Tiene miedo de su rabia reprimida y del pánico y del terror que han suprimido también. (...) El objeto de la terapia es ayudar al paciente a enfrentarse con estos terrores desconocidos y a darse cuenta de que no son tan amenazadores como parecen. En realidad sigue contemplándolos con los ojos de un niño.
Abandonar el control del ego significa ceder al cuerpo en su aspecto involuntario, significa dejar que el cuerpo tome las riendas. Pero eso es lo que el paciente es incapaz de hacer. Siente que el cuerpo le va a traicionar. No confía ni tiene fe en el, teme que si su cuerpo toma las riendas, mostrara su debilidad, demolerá sus ilusiones, revelará su tristeza y ventilará su furia. Y en efecto, eso es lo que hará, destruir las fachadas que la gente levanta para esconder su verdadero yo ante si mismo y ante el mundo. Pero también abrirá una nueva profundidad a la vida al lado de la cual la riqueza mundana es una mera bagatela.

 Esta riqueza es una plenitud del espíritu que solo el cuerpo puede ofrecer. Este pensamiento es nuevo, pues estamos acostumbrados a pensar que el espíritu está separado del cuerpo. Al cuerpo se le ve como algo material, mientras que el espíritu es una fuerza que vive en el cuerpo y lo utiliza para sus propios fines. Es la misma dicotomía que veíamos cuando hablábamos de la relación entre mente y cuerpo. ¿Que extraña malignidad impele al hombre a volverse contra si mismo y dividir la unidad de su ser en dos aspectos disociados? En libros anteriores he sugerido algunos de los factores responsables. Uno de ellos es el deseo de poder, que es un atributo de la personalidad del hombre occidental. Pero esta  codicia de poder esta inseparablemente ligada a la búsqueda de conocimiento, y muy pocos de nosotros estamos dispuestos a abandonar esta búsqueda. Nuestra única esperanza reside en atemperar el conocimiento con comprensión. [...]

 La propia fe es tan fuerte como la propia vida, porque es una expresión de la fuerza vital dentro de cada persona.»
 La Depresión y el Cuerpo. La Base Biológica de la Fe y la Realidad (Depression and the Body. The Biological Basis of Faith and Reality) Pag. 287. Alexander Lowen. Ed. Alianza, 1982.

 «Mis queridos amigos, han oído a menudo, de mí y de muchas otras fuentes, que en el universo ha sido liberada una inmensa fuerza cósmica nueva que inundará el planeta Tierra. A través de todo tu mundo se está difundiendo un intenso nuevo movimiento hacia la verdad espiritual. Nuevos valores están intentando atravesar las viejas resistencias. (...).
El planeta Tierra es una entidad en la cual cada individuo que lo habita es una célula, de manera similar a las células de tu cuerpo. Cada una de estas células es un centro de conciencia y energía, así como tú eres un centro de conciencia y energía.
Ahora la entidad Tierra está creciendo. Está llegando a una encrucijada interior, tal como una persona en crecimiento llega a una encrucijada interior.
Todos ustedes han experimentado en algún punto de su camino que una parte de sí está lista para expandirse, para arriesgarse a exponer sus secretos ocultos, para moverse hacia una nueva visión de la vida y del ser; hacia un nuevo modo de ser. La nueva modalidad no se despoja de la vieja, sino que transforma lo que no es compatible con el gran flujo entrante, puro y nuevo. (...).

 También sabes que, al mismo tiempo, la parte de ti que llamamos el ser inferior obstruye este movimiento. Teme, desconfía y se resiste a tal crecimiento. Con qué parte te alías depende de la conciencia de tu ego. En un conflicto así, la crisis es inevitable. La parte que se resiste crea la crisis al obstruir la inexorable fuerza evolutiva.
Cuanto menos reconozcas esta lucha por lo que es, y cuanto más niegues y racionalices su verdadero significado, mayor será la perturbación que causará y más atemorizante parecerá ser ésta. Inversamente, cuanto más reconozcas la lucha por lo que realmente es y cuanto más actúes en concordancia con los principios de tu ser superior, más corta será la crisis. De hecho, la crisis se transformará en una dicha inimaginable.
Ahora ves que la crisis es sana e inevitable. El crecimiento no puede tener lugar sin crisis, y en la medida en que te resistes al crecimiento, creas crisis. El ser inferior no es sólo tortuoso, deshonesto y egoísta, también es ignorante. Esta ignorancia lo hace terco y no perceptivo como así también destructivo y negativo.
La Tierra también posee un ser inferior. Al igual que el del individuo, el ser inferior de la Tierra no sólo es negativo, egoísta, codicioso y deshonesto sino que también es ignorante en sumo grado. Se resiste totalmente a la nueva conciencia para la que el alma está lista. En consecuencia, en esta Tierra hay crisis. Ves la crisis tanto como ves, aquí y allá, nuevos modos de ser más amplios, nuevo entendimiento, una visión más profunda de la vida y una percepción más profunda de la realidad espiritual. (...). 

 La nueva fuerza cósmica ha hecho muchos intentos para llegar, pero muchos entienden su significado de un modo muy pobre (...). El mundo del espíritu se ha estado preparando para esta nueva expansión por muchos siglos con mucha inversión y energía. Muchos son llamados pero no todos siguen la llamada. No todos están lo suficientemente dispuestos a tener en cuenta la llamada interior. Lo mejor es reconocer esto claramente para dejar abierta la posibilidad de seguir la llamada más tarde. Sin embargo, si esto se justifica falsamente y se aceptan las ilusiones y los engaños como si fuesen razones válidas para la decisión, entonces el alma permanecerá en la confusión.

 Ahora la Tierra como entidad está pasando por una lucha así. Aquellos que se resisten a la luz de la nueva conciencia tienen sus intereses puestos en hacerse ciegos y sordos a ella. Muchos de ellos tienen las facultades mentales y espirituales para seguir el movimiento pero eligen no seguirlo y hasta no notarlo por orgullo, miedo y voluntarismo. Otros todavía no están listos en su desarrollo espiritual para saber siquiera que existen niveles de realidad que no pueden verse con los ojos. Y luego, por supuesto, algunos siguen el movimiento aunque no entienden completamente lo que está en juego.
Aquellos que lo siguen encuentran la alegría y las bendiciones más profundas y no necesitan temer nada. Sólo necesitan regocijarse. Al seguir el flujo entrante se mantienen en armonía con el universo; fluyen con el proceso en vez de obstruirlo. También son necesarios como canales físicos para que la conciencia de Cristo penetre más en la nueva era. Su decision, siempre renovada, de dedicar la totalidad de si mismos al proceso que los ha incluido hará su vida tan plena y gloriosa como util y significativa para la evolución cósmica entera.

 Mis muy queridos amigos, el proposito de este movimiento no se puede cumplir a menos que exista el más profundo proceso de purificación. Como saben muy bien, en esta comunidad en particular ha existido un énfasis en la purificación personal durante todos estos años. Hasta ahora el énfasis estuvo dirigido exclusivamente hacia tu plenitud individual. Ahora ha surgido una nueva fase en la que tu propia expansión interior ha hecho que estés listo para darte cuenta que la plenitud individual es la base para que el movimiento total que inunda tu mundo cumpla su propósito de manera cohesiva. En otras palabras, está en juego algo más que tu plenitud individual.
Cuando digo “más” podrá sonar como si tu plenitud individual no fuese importante y eso, ciertamente, podria parecer contradictorio con lo que acabo de decir. Siempre enfatizo la importancia de que, como individuo, seas feliz, completo y libre de obstrucción. Esto no es una contradicción. Tu plenitud individual, que no puede existir en tanto no estés purificado y en tanto estés alienado de la verdad de tus procesos interiores, es lo más importante.

 Al mismo tiempo, algo mucho más grande está en juego. Quizás podría decirlo de este modo: sólo puedes encontrar la total plenitud individual si sirves a una causa mayor (...).

 Los sucesos en este camino les han llevado a darse cuenta, a algunos más intelectualmente, a otros más intuitivamente, que están involucrados en una gran tarea a la que están sirviendo mientras, simultáneamente, se vuelven plenos. Has encontrado que este servicio mismo aumenta tu plenitud, así como requiere que seas una persona plena y feliz. Estás empezando a experimentar que la plenitud del ser reside en el servicio. Y el servicio sólo puede realizarse a través de la propia plenitud. En otras palabras, una vez más la contradicción aparente demuestra ser una percepción defectuosa. Los que parecen ser opuestos coexisten en unidad. Por lo tanto, el individuo se opone al todo sólo aparentemente.

 Aprenderas a percibir más consciente y deliberadamente la importancia del servicio a la conciencia de Cristo que está infiltrando tu universo. Esto cambiará muy drásticamente la vida, la conciencia y los valores de aquellos que estén dispuestos a seguir ese movimiento (...).
Llegarás a ver tu plenitud personal exactamente como lo que es: una herramienta necesaria con la cual puedes servir. Ya que las personas infelices y frustradas no pueden servir, no pueden hacerse cargo de la tarea de enriquecer la vida, enriquecer a los demás y dar un ejemplo deseable, porque, ¿cómo puede enriquecer el que es pobre? Tampoco es posible simular ya que, en un profundo lugar interior, los seguidores saben si aquellos que lideran son genuinamente plenos o sólo están simulando.
 Sólo aquellos que están plenamente centrados en su propia conciencia de Dios, y en consecuencia son capaces de crear sus vidas de acuerdo con sus necesidades y deseos, pueden vivificar su entorno y enseñar su conciencia a otros.

 Existen muchas tareas diferentes pero todos los que sirven en esta causa deben enseñar y liderar, representando a la nueva conciencia y los nuevos valores en sus propias vidas, ya sea a través de la instrucción o a través del ejemplo, transmitiendo alegría, amor o la capacidad de ser lo mejor que uno puede [...].»
 Conferencia del Pathwork #223.

Don Juan Matus

«"Un ser mágico es cosa de verse. Yo tuve la for­tuna de cruzarme con uno. Nuestro encuentro tuvo lugar cuando yo ya había aprendido y practicado mu­cha cacería. Una vez estaba en un bosque de árboles densos, en las montañas de Oaxaca, cuando de re­pente oí un silbido muy dulce. Era desconocido para mí; nunca, en todos mis años de andar por las sole­dades, había escuchado un sonido así. No podía si­tuarlo en el terreno; parecía venir de distintos sitios. Pensé que a lo mejor estaba rodeado por un hatajo de animales desconocidos.
"Volví a oír el encantador silbido; parecía venir de todas partes. Entonces me di cuenta de mi buena suerte. Supe que era un ser mágico, un venado. Sa­bía también que un venado mágico conoce las ruti­nas de los hombres comunes y las rutinas de los ca­zadores.

"Es muy sencillo figurarse qué haría un hombre cualquiera en una situación así. Primero que nada, su miedo lo convertiría inmediatamente en una presa. Una vez que se convierte en presa, le quedan dos cursos de acción. O corre o se planta. Si no está armado, por lo común huye a campo abierto y corre para salvar la vida. Si está armado, prepara su arma y se planta, congelándose en su sitio o tirándose al suelo.
"Un cazador, en cambio, cuando se adentra en el monte, nunca se mete a ninguna parte sin fijar sus puntos de protección; por tanto, se pone de inmediato a cubierto. Deja caer su poncho al suelo, o lo cuel­ga de una rama, como señuelo, y luego se esconde y espera a ver qué hace la pieza.

"Así pues, en presencia del venado mágico no me porté como ninguno de los dos. Rápidamente me paré de cabeza y me puse a llorar bajito; derramé lágrimas de verdad, y sollocé tanto tiempo que esta­ba a punto de desmayarme. De pronto sentí un aire­cito suave; algo me estaba husmeando el cabello atrás de la oreja derecha. Traté de voltear la cabeza para ver qué era, y me caí al suelo y me senté a tiempo de ver una criatura radiante que me miraba. El ve­nado me veía y yo le dije que no le haría daño. Y el venado me habló."

Don Juan se detuvo y me miró. Sonreí involunta­riamente. La idea de un venado parlante era entera­mente increíble, por decir lo menos.
-Me habló -dijo don Juan sonriendo.
-¿El venado habló?
-Eso mismo.
Don Juan se puso en pie y recogió el bulto de sus arreos de caza.
-¿De veras habló? -pregunté en tono de perple­jidad.
Don Juan echó a reír.
-¿Qué dijo? -pregunté, medio en guasa.
Pensé que me estaba embromando. Don Juan que­dó callado un momento, como si intentara recordar; luego, con ojos brillantes, me dijo las palabras del venado.
-El venado mágico dijo: "¿Qué tal, amigo? -pro­siguió don Juan-. Y yo respondí: "Qué tal". En­tonces me preguntó: "¿Por qué lloras?" y yo le dije: "Porque estoy triste". Entonces, la criatura mágica se acercó a mi oído y dijo, tan clarito como estoy hablando ahora: "No estés triste".
Don Juan me miró a los ojos. Tenía un resplan­dor de malicia pura. Empezó a reír a carcajadas.
Dije que su diálogo con el venado había sido algo tonto.
¿Qué esperabas? -preguntó, riendo aún-. Soy indio.
Su sentido del humor era tan extraño que no pude hacer más que reír con él.
-No crees que un venado mágico hable, ¿verdad?
-Lo siento mucho, pero no puedo creer que ocu­rran cosas así -dije.
-No te culpo -repuso, confortante-. De veras que está del carajo.»
  Viaje a Ixtlan (Journey to Ixtlan. The Lessons of Don Juan), Pag. 116. Carlos Castaneda. Ed. Fondo de Cultura Economica, 1975.

Visión

 «La primera mañana de Navidad, cuando el Creador despertó en el seno de la familia humana algunos se sorprendieron de que no hubiera aún más cambios exteriores. Por otro lado, muy pocos habían anticipado la profunda diferencia emocional que produciría el momento verdadero del despertar. La Tierra y la humanidad se iluminaron y bendijeron más allá de la capacidad humana de experimentar alegría.
Aunque la mayoría de los seres humanos se habían familiarizado ya con mi amor antes del momento real del despertar, y aunque las frecuencias del amor habían reorganizado ya gran parte de la sociedad humana, todavía cuando llegó el gran momento, cuando la ultima de las frecuencias del miedo fue situada en el lugar que tiene asignada en el orden creado, había algo tangiblemente diferente y maravilloso más allá de cualquier experiencia humana. Súbitamente, innumerables miedos subliminales dejaron de influir en el inconsciente humano.

  Los seres humanos de todo el mundo se sintieron invadidos por un sentimiento de libertad nuevo. Todos estaban familiarizados con la teoría. Pensaban que habían comprendido su nuevo papel de celulas de un organismo. Pero, por supuesto, ninguno de ellos había experimentado tal función a nivel planetario. No se habían dado cuenta de la libertad de actuación de la que disfrutaba el ser humano —mucha más de la que había disfrutado hasta ese momento.

 Me uní a cada uno de ellos en una unión orgánica, en una Comunión Sagrada. Todos los espíritus humanos aprendieron que su origen estaba en mí. Cada uno disfrutó el ser yo con una forma individual distinta, cumpliendo un proyecto creativo que nadie más podia cumplir con la misma efectividad o capacidad. Cada uno disfrutaba de unas diferencias que lo hacen distinto de los demás; pero en ese punto, las diferencias se hicieron simultáneamente menores y mayores. En la forma se hicieron mayores de lo que habían sido en el estado de la caída, pero en Espíritu las diferencias se disolvieron. Un único Espíritu Santo. Un sólo y maravilloso cuerpo terrestre.»
 Visión (Vision), Pag. 80. Ken Carey. Ed. Sirio, 1990.

Fe en uno mismo

 «En medio de todos estos cambios, los pueblos se vuelven, cada vez más, a Dios en busca de dirección y guía. Comienzan a vivir donde mora su espíritu interior y a reconocer en él una expresión del Todopoderoso. La confianza en Dios ha de brotar del corazón humano. Es ahí donde se produce el despertar. El Creador no quiere que se le venere en una imagen externa, sino que se le reconozca en el interior de todo ser humano.

 Todos sois seres divinos en potencia, y nada impide que os convirtáis en un verdadero Ser Divino. Confiad en vosotros mismos, confiad en vuestra respuesta natural ante cada nueva situación. Los actos que surgen del fondo del corazón humano nunca serán destructivos; os sugerirán el mejor camino que habréis de seguir en respuesta a las necesidades del mundo y de vuestra situación concreta. Cuando tenéis confianza en vosotros mismos confiáis en la sabiduría que os creó. Así, y no de modo abstracto, se confía en el gran espíritu.
Tener confianza en Dios es confiar en el Ser divino que vive dentro de vosotros y confiar también en la capacidad de vuestro espíritu para responder a cada situación de modo correcto, irreprochable, individual y creativo. Cuando dudéis de vuestra capacidad innata para insuflar el mundo con el aire del espíritu y crear según vuestro pensamiento divino, dudáis de Dios y del universo. Rechazáis así vuestro conocimiento interior, el don más precioso de la vida, y os atrevéis a reemplazarlo con opiniones, juicios y valores
ajenos.»
 La Vuelta de las Tribus Pájaro (The Return of The Bird Tribes), Pag. 145. Ken Carey. Ed. Sirio, 1991.